ASI y Embarazo consciencia

Un centenar de niñas en España son madres cada año con 15 años o menos

Los expertos recomiendan una educación sexual más temprana y en igualdad y un papel más activo de los padres hacia el diálogo.

En España, un centenar de niñas –de media– menores de 15 años o menos se quedan embarazadas, y la cifra se triplica entre las que ya han cumplido esta edad, según datos de 2017 del Instituto Nacional de Estadística. A pesar de estas cifras, los casos de embarazo infantil en España son menores que en otros países.

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Normalmente, cuando este tipo de noticias se dan a conocer al público, la sociedad se sorprende. Y existen varias razones. Entre ellas, hay que tener en cuenta que, según nuestro Código Penal, la edad de consentimiento en España es de 16 años, por lo que se considera que con menos edad la menor o menores -en el caso de que las relaciones sean consentidas- no “tienen madurez física, sexual, mental para decidir libremente acerca de su sexualidad”.

A pesar de que desde el 2008 (cuando alcanzó su máximo de 178 embarazos) el número de gestaciones infantiles ha ido variado ligeramente entre un año y otro, la tendencia global es descendiente.

En el primer trimestre de 2017, se dieron 197 nacimientos de madres con 15 o menos años. Una de las armas más accesibles para prevenir este tipo de embarazos es la educación sexual desde la pre adolescencia. Y hay que tener en cuenta varios factores:

La importancia de la educación sexual temprana: Los expertos señalan a la educación sexual temprana y coherente como la mejor prevención, debido a la mala información que puedan tener sobre el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual estas menores. La esencial es la eliminación de mitos, prejuicios y estereotipos entorno a que deben o no hacer.

El papel de los padres: Los padres deben perder la vergüenza y hablar de sexo con sus hijos aunque les falte información para responder a las preguntas que los preadolescentes y adolescentes les hacen. Comprender, conocer y dar confianza es un buen método de prevención. Hay muchas veces que los hijos intentan hablar con ellos, pero también se sienten incómodos. Si carecemos de la información adecuada y necesaria, los padres deben buscar herramientas como libros en los que su hijo puede verse reflejado, películas, folletos, recurrir a profesionales o buscar cursos gratuitos de educación sexual en los que puede ir incluso acompañado con la menor. Para los expertos, la clave no está en saber de todo ni en sentirse cómodo hablando de todo, sino en estar ahí y brindar espacio al diálogo.

Los estereotipos de género, entre las causas: Un estudio publicado el pasado septiembre concluyó que, alrededor del mundo, tanto niñas como niños están atados a restricciones de género a muy temprana edad que pueden tener graves consecuencias en su vida, siendo peores en las niñas. “Los estereotipos femeninos basados en “protegerlas” las hacen más vulnerables, enfatizando el afán de vigilarlas y sancionándolas físicamente cuando rompen las normas”, explicaba el estudio Global Early Adolescent Study, elaborado en 15 países por la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de John Hopkins (Baltimore, Estados Unidos). Lo que les lleva a padecer más abandono escolar, casarse siendo niñas, embarazos tempranos, infectarse por VIH u otras enfermedades de transmisión sexual.

Los informes clínicos y estudios empíricos han descubierto constantemente que el abuso sexual, al igual que otras formas de maltrato, puede afectar a niñas y niños en todas las áreas de su desarrollo. Los atrasos en el funcionamiento cognoscitivo, social, emocional y psicológico provocado por el abuso pueden interferir con el funcionamiento general de adaptación. Las víctimas de abuso sexual, en particular, podrían correr un riesgo mucho mayor de experimentar problemas de salud mental y funcionamiento social derivados de la impotencia y la estigmatización del proceso de abuso. Los problemas personales y los patrones de adaptación de las jóvenes que tienen una historia de abuso sexual son condicionados por los efectos negativos a largo plazo sobre la autoestima sexual, la percepción de sí mismas y la adaptación sexual. Estos efectos del abuso sexual pueden ser vinculados al embarazo adolescente en víctimas que se visualizan en un mundo de eventos impredecibles y acciones que no tienen consecuencias racionales. Convencidas de no tener control sobre lo que ocurre, pueden convertirse en actoras pasivas que no creen que pueden ayudarse a sí mismas, tomar decisiones o emprender acciones que hagan alguna diferencia.

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